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sábado, 5 de febrero de 2011

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Precisamente mañana se cumplirán siete años de la creación de "El Cabaret de los Pecados". Siete es un número mágico... o por lo menos, significativo. Me asombra que un proyecto tan arriesgado como este haya durado tanto tiempo. O quizás sea precisamente por eso: porque es arriesgado. Quiero decir que no hay mucha oferta de este tipo en la ciudad... qué diablos: ni en esta, ni en ninguna. ¡Y eso que estamos hablando de Ámsterdam, por el amor de Dios! No deja de asombrarme la afluencia de visitantes que siguen viniendo a vernos todas las semanas. Afluencia a pesar de todo: nuestra poca publicidad, el boca-oreja entre los turistas y la gente de aquí... Y pese a ello, sigue habiendo gente que ni siquiera ha oído hablar de nuestro espectáculo. Como mi vecina, la señora Van Humbeek, que aún cree que trabajo de relaciones públicas en un restaurante.  Pobrecita... no creo que esté preparada para conocer la verdad (y eso que en el Cabaret hemos recibido a gente de su edad). Ayer fui a tomar algo con ella, (con la señora Van Humbeek, digo) a una cafetería del centro, y uno de los camareros me felicitó por la excelente labor "que están ustedes haciendo". También me pidió que agradeciera a Renée de su parte, ya que gracias a ella ahora se encuentra viviendo una vida completamente nueva. "Sin remordimientos ni malos rollos," me dijo, "Es como si hubiera abierto una puerta a otra realidad mejor." Le sonreí discretamente y prometí hacer llegar sus palabras a La Papisa. Por supuesto, procuré no mencionarle los sangrados que Renée siguió sufriendo tras la absolución... eso es algo que nunca mencionamos (no conviene que los espectadores vean al "hombrecito magullado" tras la cortina, es decir, lo que realmente hay tras su mago de Oz particular).

En fin, pero creo que he empezado a divagar. Como decía, mañana se cumplen siete años de la creación de nuestro espectáculo. ¡Siete años de Cabaret de los Pecados! Me parece que la creación de este blog será un buen modo de celebrarlo, de rendir homenaje a un proyecto que no hace más que crecer. No sé si comentarle nada a Renée. Hoy decía que iba a crearse una cuenta de Facebook, nada menos. Aún no entiendo para qué. ¿Alguien sigue usando esa cosa, realmente? Es más: ¿alguien sigue leyendo blogs? Da igual: no pretendo que nadie lea este. Será como un diario personal. Y, por supuesto, ante todo, como una conmemoración.

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